19.2.12

Reforma laboral: personas vs empresarios

Voy a contar parte de mi historia. En Madrid trabajé durante tres meses para una famosa cadena de cervecería y comida barata. Trabajé, con más pena que gloria, harta de no encontrar un trabajo mejor. Trabajé fines de semana, sobre todo, festivos y los miércoles durante casi todo el día. Trabajé con ganas, a veces, y con la ilusión de quien por fin tiene algo más o menos productivo que hacer. La ilusión de alguien a quien no le importa trabajar de lo que sea. Cargué mucho peso, más que en toda mi vida. Corrí todo lo que pude y sonreí sin parar a los clientes.

Un día, a punto de cumplirse los tres meses. Estando en casa, me dio un dolor muy fuerte de espalda, de la que nunca he estado muy bien. Una contractura muscular. De baja como mínimo durante 4 días más. La columna torcida, la cadera ladeada. El día que tenía que volver al médico para confirmar la baja, se cumplía mi periodo de prueba de tres meses. Me llaman del trabajo para ver cómo estoy (extraña preocupación repentina) y me hacen ir para que les lleve la baja ese mismo día: "Sí o sí", me dice el encargado. Le digo: "Pero si estoy de baja... me duele la espalda [no es coña], apenas puedo andar... cómo voy hasta allí, una hora en metro...". "Bueno, te vienes tranquilita...", me responde. No pensaba ir, pero al final convenzo a un amigo para que me acerque en coche. Cuando llego me encuentro que lo que menos esperaban era mi confirmación de la baja por enfermedad, sino darme de baja en la empresa y que la firmara justo el 20 de enero, el último día de mi periodo de prueba de tres meses.

Pensaba en esto hoy viendo en las noticias a varias personas opinar sobre la Reforma Laboral del Gobierno de Mariano Rajoy. Hablaban de periodos de prueba de un año... Yo pienso que si a mí me pasó esto con la antigua normativa ahora podrán hacer lo mismo tres veces más. Dicen que con el nuevo marco laboral, los empresarios tienen más libertad. ¿Más? Ya tienen la sartén por el mango. Ya hacen y deshacen a su antojo, mientras que los que trabajamos para ellos, para su riqueza, para nuestra esclavitud, y nos partimos literalmente la espalda, nos lo agradecen mandándonos al paro sin dar la cara, sabiendo que actúan mal. Y sin ninguna indemnización. "Porque yo soy persona, antes que empresario, y sé que los trabajadores tienen sus vidas...", presumía un día hablando con nosotros. No dudo de que sea buena persona, pero antes que eso es un empresario y un empresario nunca tendrá reparos ni dudará entre las personas o su empresa... Lógico. Pero, ¿dónde está el límite? Tiene que haber un límite y tienen que ponerlo las leyes y si las mismas leyes no lo ponen... esto es la selva.


No he leído a conciencia la nueva reforma laboral, pero es que no me hace falta para darme cuenta de que es un cambio a peor. Aún así, la leeré.

**Cientos de miles de personas se han manifestado hoy en 57 ciudades españolas en contra de la reforma laboral aprobado hace una semana por el Gobierno de Mariano Rajoy (PP).

8.2.12

Para ser buen periodista

Hoy quiero hablar de la condición de ser periodista y de lo que supone para muchos de nosotros ser periodista hoy. Es sinónimo de ser camarero, teleoperadora o cualquier cosa que te permita ganarte la vida dignamente sin tener que recurrir a tus padres. Y aún así a menudo tenemos que pedirles su ayuda, o incluso volver a casa de ellos. Con su 'aquí mando yo'.
 Pero antes me pregunto: ¿Qué se necesita para ser un buen periodista? Ayer un amigo me mandó esta foto al móvil:










El periodista y el camarero, corto de NO FICCIÓN, de Charlie Nelson. 


No creo que tenga que comentar nada más a este vídeo. Me quedo con la frase:


"Tengo miedo de aprender, de aceptarlo..." (el trabajo de camarero).


Yo no he querido aceptarlo. O no me han dejado.