1.9.11

La moda de las webs de descuentos

Llega septiembre y con él, como de golpe, las nubes y casi la lluvia a Madrid.
Llega septiembre entre la melancolía del verano que se fue y la alegría de lo bueno por empezar.

El verano ha sido otro experimento más de cómo vivir la vida.

He vendido o intentado vender tarjetas para un banco, padrinos para niños de Asia, África y América del Sur y he hecho incluso de administrativa tramitando las ventas de Groupon. Ni bien ni mal. Otros mejor, otros peor. Al final, descubres que casi cualquier cosa podría ser tu modo de vida, mientras los proyectos más ambiciosos se van quedando en la orilla, pero no se olvidan.

¿Alguien sabe como funciona realmente Groupon? ¿Y sus socios? Lo que yo he visto por dentro deja mucho que desear; quizá por eso no pude seguir en ese trabajo. No iba conmigo, o no lo sé...

¿Alguien de entre las (pocas) personas que leen esto han comprado algo por Groupon? No me refiero a descuentos para cenas o para algún otro servicio, me refiero a objetos, productos físicos. En la empresa en la que yo he estado  una semana, en Madrid, he visto tal caos que se me quitaban las ganas de comprar cualquier cosas por este tipo de páginas webs tan de moda ahora. Ni un disco duro, ni una plataforma vibratoria, ni un ordenador portátil. Entre otras cosas, porque no tengo dinero...


Pero a lo que voy. El servicio de atención al cliente es prácticamente nulo, inexistente. La gente compra un cupón, y se le cobra en el acto. No sé si habrá mejorado la cosa desde la semana que hace que no estoy allí -porque es un servicio que está empezando-, pero puedo decir que recibíamos incontables llamadas de personas enfadadas porque no han tenido ni una respuesta a su compra; si se ha realizado con éxito, si hay algo mal o no...básicamente quieren saber que todo esto no es un timo, y no lo es, pero pueden tardar en recibir su pedido hasta un mes, cuando en la web se anuncia 7 días. ¿Y las reclamaciones? Mejor no hablar de eso.

Lo divertido de todo esto, por decirlo de alguna manera, es que el empresario cobra en el acto, y el cliente recibe 'cuando se puede'. ¿y si llega rota? Ahí habría que esperar algo más. Primero, devuelve lo que has comprado, luego espera a que te llegue el nuevo cacharro que hayas comprado...

Yo me lo pensaría dos veces antes de comprar por estas webs de descuentos. Yo me lo pensaría dos veces antes de comprar, en general. Los usuarios cada vez tenemos menos derechos... ¿o me lo parece a mí? Claro que internet parece un mundo aún por explorar en este sentido, aunque no debería serlo.

Yo, de hecho, me lo pienso dos veces o tres antes de comprar porque no puedo permitirme casi nada... :)





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